ESTADIO OBRAS - EL TEMPLO DEL ROCK (Elogio de la sed)

GLORIA GUERRERO

1ra. Edición: 2010
Editorial: Editorial Sudamericana
Prólogo: Enrique Symns

Mientras la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA llegaba a la Argentina y se encontraba con la sarcástica campaña “Somos derechos y humanos”, la plata dulce y el “deme dos” de Martínez de Hoz iban a la par de una inflación galopante y la represión resultaba insostenible, el rock argentino agradecía la inesperada bendición de un nuevo estadio en Núñez.
Por fin había un lugar donde reunirse. Y de a miles. Era una cancha de básquet, sí, pero terminó siendo un escenario que trascendió sus dimensiones físicas: se convirtió en mito.
El Estadio Obras se inauguró a fines de 1978 y durante 31 años fue el Templo, nuestra casa.
El rock caminó sus pasillos, y descansó y bebió en sus camarines.
De Seru Giran a Soda Stereo, de los Redondos a Spinetta, de Sumo a Divididos, Gieco o Calamaro: el Primer Obras de un artista significó, siempre, infinitamente más que un concierto.

Gloria Guerrero reconstruye la vida de este Templo con mano de orfebre y corazón de protagonista, contándola desde adentro. Músicos, empleados, fans, todos colaboran para crear un fresco increíble que retrata la historia del rock en la Argentina como nadie lo había logrado hasta ahora.
Porque eso fue Obras: el lugar donde el rock se convertía en Historia.
Ni más ni menos.

La noche del 3 de noviembre de 1978, Charly se calzó una malla negra de baile y un saco blanco y, para no compensar, zapatillas. Pedro Aznar, Oscar Moro y David Lebón se vistieron de blanco total, níveo, inmaculado.” Así ataviados, hace 32 años, los cuatro Serú Girán inauguraban oficialmente el espacio por el que pasó, hasta fines de 2008, buena parte del rock de acá. Una historia que Gloria Guerrero comenzó a desandar hace unos tres años, y que resumió en el recientemente editado Estadio Obras - El templo del rock (Ed. Sudamericana).

Es cierto que, poco antes, Luis Alberto Spinetta había “probado” el escenario. Pero el testeo fue llevado a cabo a puertas cerradas, con algunos pocos elegidos en las butacas que lució la superficie que con el tiempo transmutaría de Platea a Campo.

“Era nuestra casa. Durante 31 años vivimos ahí dentro. Rojo y Negro (bar ubicado frente al estadio) se hizo lugar gracias a nosotros. La calle que nos llevaba hasta Cabildo a tomar el colectivo, después de los recitales, tiene nuestras pisadas”, dice Guerrero.

Un repaso de las listas anuales de shows realizados allí, que la periodista tomó de las Memorias del Club Obras Sanitarias (que eran de la Nación) certifica que allí se escribió, durante tres décadas, un capítulo esencial en la historia de un género que por entonces no disponía de muchas locaciones.

“La experiencia de hacer ‘el primer Obras’ siempre excedió al estadio en sí. Para el rock, hacer ‘él primer Obras’ era lograr la legitimación. Y hablo de los ‘80, pero también de bandas como la Bersuit, Los Piojos, Massacre o cualquer otra de tiempos más recientes”, explica Guerrero.

Pero esa mole rectangular de ladrillo a la vista, construida con promesas de financiación del EAM 78, trascendió su rol de escenario de rock. “Durante la dictadura fue una excusa para una reunión contracultural. Era un lugar de encuentro, de resistencia y de historia”, cuenta la periodista.

Del posible estreno, incontrastable, del hit “Se va a acabar la dictadura militar” a Walter Bulacio. De la reunión de Serú y Spinetta Jade, a los recitales de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Del Festival de la Solidaridad Sudamericana del ‘82 a la patada de Andy Summers a un policía de la Federal, la “caja de zapatos” de Avenida del Libertador al 7300 lo fue también de resonancia del pulso de la ciudad.

El 27 de diciembre de 2008, Almafuerte cerró el estadio “para refacciones”. “Se transformará en otra cosa”, señala Guerrero. Y cierra: “El Obras que conocimos. El de la puerta cuatro, el de los ‘viejitos’ de los controles, el de los baños sin puertas, ya no existe ni va a existir nunca más.” «

                                                                           ................

Gloria Guerrero nació en Buenos Aires en 1957.
Es la primera mujer periodista de rock de la Argentina.
En 1976 se integró al staff de Expreso Imaginario, luego fue jefa de Redacción de Rock Superstar y Hurra.
Al mismo tiempo publicaba sus notas en Humor, inolvidable órgano de resistencia político-satírica en tiempos de dictadura militar, donde en 1981 se inauguraron “Las Páginas de Gloria”, su sección exclusiva.
Pasó a ser jefa de Redacción de Rolling Stone Argentina durante siete años.
En 2004 fue contratada por Cuatro Cabezas como productora periodística y colaboradora del equipo de guionistas de Algo habrán hecho y El gen argentino.

Desde 2005 escribe para La Mano y otros medios. Artículos con su firma han aparecido en periódicos del interior del país y del extranjero, incluso en Suecia y los Estados Unidos.
Desde 1981 trabajó en un sinnúmero de programas de radio (el más reciente: ¿Cuál es?, Mario Pergolini, FM Rock <(>&<)> Pop).
Ha editado dos libros: La Historia del Palo (Diario del Rock Argentino 1981-1994) (1994) e Indio Solari: El hombre ilustrado (Sudamericana, 2005).

Gloria es considerada una de las mayores autoridades en la materia y su trabajo es constantemente citado como bibliografía.
Ha recibido innumerables reconocimientos y premios a su labor en el campo de la cultura joven y su contribución al desarrollo del rock cantado en castellano.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantaría tener este libro!! me parece muy interesante!! estoy parando en un hotel cerca de plaza armenia, donde lo podría conseguir?

SELBA NUCNI dijo...

Hola Romina:
Es un libro que hace unos dias saliò.
Vale $79 y lo conseguis en cualquier libreria.

Selba

Leandro Gillig. dijo...

EL libro no tiene desperdicoi, es excelente, esun poco densa la parte qu ehablan los empoleados, o la parte historica, por momentos se hace densa...pero es excelente el libro.
La parte qu emas disfrute fu ela de los pibes del Bordo.

Unknown dijo...

lo compré en uruguay y estoy leyendo...muy bueno..quiero hacer uno parecido por acá en Porto Alegre/Brazil sobre el Auditorio Araújo Vianna

Anónimo dijo...

La primera vez que fui a Obras alla por el comienzo de los 80's fue por casualidad y entre a ver a The Police...Buen debut para un nene del secundario. Si bien habia rock tambien hay que aceptar que tocaban bandas que Gloria Guerrero hacia pasar por rock como Los Jaivas y esas bandas que como mucho hacian un progresivo sinfonico. Me mato el tema de los viejitos de los controles. Recuerdo ir a ver cualquier cosa solo por entrar saltando el alambrado de la vuelta, correr por las canchas de tennis y preparar una "modica" suma para el senior de los controles. Vuelta obligada caminando a Barrancas y a casa...

martin della cava dijo...

Gloria Guerrero es una gran periodista por la cual conoci muchos artistas leyendola y que decir del mitico Symms , su apellido esta ligado a grandes bandas y al periodismo underground , gran libro para tener en la biblioteca.

Unknown dijo...

Hola! alguien sabe dónde puedo conseguir este libro actualmente?